23 ago 2019

SANACIÓN

Vista nocturna de Villamartín
Sanadora sea la noche,
que, en eternos abrazos,
ahuyente a tus temores
atados a placer con lazos.

Escuetas sean las miradas
abrasadoras de la luna,
que, con su haz, nos cura
la rancia ira malhumorada.

Luceros que crecen, sin fin,
en la infinitud de lo eterno,
dan luz que irradia en tu cuerpo
cuál compañera equilátera en ring.

Sendas oscuridades esconden
a tu alma altro afligida,
que, aterrada, a la par que mohína,
perpetúa sus sarmientos en brotes.

Y sean, pues, las nocturnas,
tus últimas serenatas
y escruten tan gratas
como deseos en la urna.

Pronto y quieto el azabache,
convertido en albor estará
y, fulgorosa en blanca paz
te eliminará, al fin, del escrache.

Diego José López Fernández
23-08-2019

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