20 mar 2020

SEGUNDA OPORTUNIDAD

Julia y Rita

Pronto quedaron sólo los niños y las niñas. Aquellos que todavía no habían perdido la inocencia innata al haber protegido a sus conciencias, con maestría, de traspasar el umbral de la ignorancia en la que vivían esos adultos que resultaban tan estúpidos y raros. Los mismos que, durante su existencia humana, se habían afanado en dejar como herencia, a aquellos seres de luz, tanta vergüenza infundada que hacía que su fulgor, sin remedio, por miedo a parecer distintos, terminara apagándose con el paso del tiempo. 

Sin embargo, los infantes de aquella especie tan extraña que parecía involucionar y la múltiple y diversa fauna global habían esperado con férrea paciencia, durante decenas de miles de años, a que llegase, al fin, ese momento. Ahora sí, estaban a su merced, esos cachorros humanos llenos de ingenuidad pero conectados de manera inequívoca y segura con la esencia de la naturaleza les volvían a pertenecer. Todavía el cordón umbilical los ataba a aquel mundo mágico y hermoso que la ceguera de los años les terminaría por velar para siempre, pero estaban a un paso de salvarse de aquel castigo.

A la par, salieron de sus escondrijos, hadas, gnomos, unicornios y dragones a ocupar el sitio que les correspondía, a pesar de que la ingenuidad de aquellos humanos adultos, ya extintos, había creído que eran fantasía. 

Así fue como la humanidad tuvo una segunda oportunidad de ser necesaria en un planeta, la Tierra, cuya alma habíamos pervertido y ahora ese mismo lugar, generoso, pretendía recuperarse de nuevo dándonos, otra vez, la confianza en nombre de aquellos pequeños inocentes.

Y ¿Quién sabe si esa nueva oportunidad no está a punto de hacerse realidad?

Diego José López Fernández
20-03-2020

Noticias

Letras y Opinión

Fotos

Monumentos