Son tantas las veces que pienso,
en el intento de mi arrogancia,
que no es broma lo que invento
que llego a creerme mi mentira.
Y la elevo como a la hoja el viento.
Mas, la conciencia me pesa
y, en ningún caso, me da aliento,
e intenta evitarme la participación
en despojos y vanos intentos.
En lucha los latidos con la razón
se ahogan, sin piedad, en el lamento,
ya que no dan luz a la solución
pero sí de bruces en la malicia del evento.
Quizás, agotada de tanta desidia,
se acabe mi vida y se me agote el tiempo.
Y todo será frugal, y se esfume.
Pues, sin sentido avanza lo que defiendo,
y me doy cuenta, y me desgarra.
Hoy, en la nada, he puesto fin a mi talento.
Ya no hay remedio a tanta amalgama,
la mentira ha quedado al descubierto.
Me es imposible cubrirme en la excusa,
cuando mi máscara ha caído, definitiva, al suelo.
Por Diego J. López
17-12-2021