Museo y Jardines
Es un edificio vanguardista que se encuentra en una de las arterias principales de la localidad, concretamente en la Avenida de la Feria. A su alrededor se expande un gran jardín construido en diferentes niveles dadas las circunstancias orográficas del terreno donde se ubica. La arquitectura resulta muy original con mampostería de guijarros de río.
Tanto el edificio como su entorno fueron proyectados por D. Pablo Fábrega Roca a mediados de los 60 y están inmersos en la corriente del modernismo. El complejo fue galardonado con un premio nacional de arquitectura, llevándose a cabo su realización a principios de los 70 mediante una subvención de la UNESCO destinada a centros culturales.
El uso del edificio ha sido modificado en multitud de ocasiones, pues de Casa de la Cultura, pasó a Centro de Profesores y en 1998, el edificio fue rehabilitado por el Consistorio para Museo Histórico Municipal, con accesos a partir de cuatro niveles diferentes, eliminando todas las barreras arquitectónicas.
A escasos metros de la Plaza del Ayuntamiento, en la acera derecha de la calle El Santo, que comunica la citada plaza con la Alameda, pueden contemplar la Casa Palacio de los Ríos. Una casa original del siglo XIX (1874), con características coloniales. En su interior posee un espléndido patio con una gran columnata de mármol.
Hace algunos años fue adquirida por un gran coleccionista de juguetes, natural de Villamartín, que posee una gran colección de más de 25.000 piezas. Actualmente está siendo restaurada y se pretende que en el futuro albergue el Museo del Juguete Antiguo.
Casa Palacio de los Topete
Casa blasonada que data del siglo XVI. Se encuentra en la esquina de la calle San Francisco con la calle El Santo. Originalmente perteneció a la familia Bohórquez Álvarez de las Asturias.
En una hornacina, situada en la escalera interior, se encuentra la imagen de la Virgen del Buen Fin, atribuida al escultor Lorenzo Mercadante, autor de transición entre el Gótico y el Renacimiento figura de gran belleza y singularidad.
Castillo de Matrera
Está situado en la Sierra de Pajarete, en el camino de Villamartín a Prado del Rey. Se encuentra a una altura de 523 metros sobre el nivel del mar. El Castillo aprovecha una explanada sita en la cumbre del cerro Pajarete, de este modo se convirtió en bastión casi inexpugnable y en excelente mirador hacia toda la comarca. Desde Pajarete se obtiene amplias vistas de la campiña y de la serranía de Cádiz.
Fue mandado a construir por Omar Ben Hafsun, a finales del siglo IX para defender a Iptuci, la ciudad más avanzada de la Cora de Ronda. No fueron los árabes los primeros en asentarse en la cima de dicho monte. Los Tartesios y los Iberos lo habían utilizado anteriormente como así lo dejan patentes los restos arqueológicos que se encuentran en la zona.
El castillo está dividido en dos partes bien diferenciadas: la Torre del Homenaje, defendida por un recinto amurallado que la rodea, y el gran Patio de Armas o Albácar, totalmente rodeado de murallas y con dos puertas de acceso, una en la cara oeste, llamada Puerta del Homenaje, defendida por un recinto amurallado que la rodea, y el gran Patio de Armas o Albácar, totalmente rodeado de murallas y con dos puertas de acceso, una en la cara oeste, llamada Puerta de los Carros, y otra en la parte de levante, llamada Puerta del Sol.
El recinto aun conserva tres saeteras, una en la primera y las dos restantes en la segunda planta de la torre del homenaje. Del conjunto defensivo formaban parte varias torres: dos al norte, dos al oeste y dos al sur. Las puertas de acceso también se encuentran flanqueadas por dos robustas torres, aunque sólo se conservan los arranques de las mismas. El perímetro amurallado supera los 500 metros.
Se trata de una sobria construcción que data de comienzos del siglo XVII. Es una capilla de nave única y cuya cabecera es plana. Su portada es simple, como elemento principal tiene un arco rebajado entre sencillas pilastras que sostienen un entablamento. La espadaña lateral es el único elemento que rompe la uniformidad de su composición, con dos cuerpos con vanos de medio punto entre pilastras y frontón triangular de remate.
En su interior, en el que también prima la sobriedad, destaca su magnífico retablo mayor, de trazado muy barroco. La capilla alberga tallas muy importantes como las de la Virgen de los Reyes, La Virgen de las Angustias, titular de la iglesia, así como un cautivo de espléndida figura.
Iglesia Convento de San Francisco
Muy reformado y con añadidos posteriores. Es de una sola nave y presenta una portada en arco rebajado entre pilastras, con entablamento y remate de azulejos con la imagen franciscana. La fachada termina en una espadaña de dos cuerpos y tres vanos, articulada del mismo modo que la portada y rematada por un frontón triangular.
Se conserva su claustro, con dos cuerpos, con columnas de fuste liso y capiteles de acarreo, con arcos de medio punto. En los ángulos del mismo aparecen pilares cuadrangulares con columnas adosadas. La portería se cubre con bóveda de aristas.Fernando VII donó el Altar neoclásico que, contiene una magnífica talla de Cristo Crucificado del siglo XVI, llamado de la Vera Cruz.
Encontramos en la Iglesia imágenes de Ntra. Sra. De la Soledad, del S. XVII, de Jesús de la Humildad la Paciencia, San Juan de Dios y San Rafael. Destaca una talla de San Antonio con el Niño, realizada en cedro, concertada por Martín Moreno en 1644 con la cofradía de San Antonio.
La iglesia conserva también un retablo rococó, con la imagen de Santo Tomás. Fue en este templo donde se juró la Constitución de 1812, la primera Constitución Española.
Después de la desamortización, en 1844 y hasta 1980, las dependencias del convento han albergado un colegio de Educación Primaria.
En los últimos años ha sido restaurado y actualmente se utiliza como Centro Cultural. También alberga las Delegaciones Municipales de Cultura y de Asuntos Sociales. Las dependencias del Centro Cultural son utilizadas por diversos sectores de la población para cursos, ponencias, exposiciones, etc.
Parroquia Nuestra Señora de las Virtudes
El templo parroquial de Villamartín es una evidencia del tipo denominado iglesia “enchufada”, esto ocurre por las características tan dispares que presentan los pies y la cabecera en estos edificios.
El motivo principal es que la parroquia comenzó a construirse en la primera mitad del siglo XVI, posiblemente poco después de la fundación de la localidad en 1503, y sus trazas se ajustaron a la tipología habitual en las iglesias mudéjares del momento, con planta rectangular de tres naves separadas por pilares en los que apoyan arcos apuntados y la techumbre de madera.
El conjunto de bienes muebles que conserva la iglesia es muy valioso. Destaca el retablo mayor, construido en el siglo XVII bajo la dirección de Francisco Dionisio de Rivas con esculturas de Pedro Roldán. También es digna de mención la rica colección de platería, con obras de algunos de los principales orfebres, sobre todo sevillanos, de los siglos XVI y XVIII.
Es el templo principal de la localidad en el que se celebran los cultos religiosos más importantes. Es un bello edificio que perfila la fisonomía del pueblo desde cualquier camino que se accede a él.
La parroquia ha sido testigo de los más de quinientos años de historia que posee el municipio y es un orgullo para los villamartinenses contar con un edificio que se pretende denominar de Interés Cultural, categoría que se merece desde hace mucho tiempo. En los años noventa fue restaurado casi por completo, en dicha restauración se cambió completamente la techumbre y se descubrieron nuevos elementos desconocidos.
Mercado de Abastos
Típico edificio funcional en cuyo interior se distribuyen los distintos compartimentos destinados a los puestos de la mercadería. Su fachada se organiza en función de la pendiente de la calle, con cuerpos separados por cornisas, y articulado con pilastra fajadas que recorren la portada y los enmarcamientos de los vanos, realizados con los paramentos enlucidos y encalados.
Ermita de las Montañas
Situado a 9 Kms. de la ciudad, en la falda del cerro de Pajarete, muy cerca de la fortaleza de Matera. Lugar de peregrinación para muchos devotos de la provincia.
Es una de las devociones más arraigada en Villamartín y su comarca. La tradición afirma que la imagen quedó abandonada y perdida entre la maleza, hasta que un leñador la encontró en el S. XVI.
Poco después, en 1562 se efectúa una petición al Arzobispado de Sevilla para construir una ermita en el lugar en que fue encontrada la imagen. En 1563 ya se encontraba construida. El Santuario está consagrado a la Virgen de las Montañas y a San Ginés, patrón de los viticultores, es de una sola planta y de pequeñas proporciones con un magnífico retablo de cerámica que se remata en el centro con el camarín de la Virgen.
Detrás de este edificio se ha construido una gran ermita para albergar aquellos cultos que son impracticables en la pequeña capilla del S.XVI.
*Fuente: www.guiadecadiz.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario