¿Cómo he llegado a esto?
Yo, que siempre tuve una opinión,
una palabra de aliento
hacia quién necesitase el espaldarazo
e incluso de desaprobación
ante lo que me provocaba rabia
y hoy me hallo en silencio.
¿Qué me pasa?
¿Dónde he dejado la mochila?
Esa que llené de quimeras
y de futuros pintados de color,
que ahora parecen espejismos
que reflejan la evidente decadencia.
¿Qué me pasa?
¿Por qué no encuentro esperanza?
La incomprensión, el caos,
la tiniebla cubre la calle
cómo un castigo, sin remedio,
cómo un pecado cuya penitencia
se antoja vaticinio del fin.
¿Qué me pasa?
¿Dónde está mi voz?
Acallada ante el genocidio,
con una cuerda alrededor de la lengua
y toda la vergüenza insana
invadiendo cada palmo de mi ser.
¿Qué me pasa?
¿Acaso he dejado de ser humano?
Me pregunto pegado al smartphone,
pensando en los likes
y en la aprobación de este atroz comercio
que, cada minuto, da más asco.
¿Qué me pasa?
De verdad, ¿qué me está pasando?
Por Diego J. López

No hay comentarios:
Publicar un comentario